miércoles, 21 de octubre de 2009

VA DE FAMILIAS

Nos han escrito nuestros amigos del cole Cañada Blanch de Londres diciéndonos que aceptaron nuestra invitación de jugar al ¿QUÉ PASARÍA SI...?. No tenemos aún los resultados porque Merche, su profe, se olvidó el cuaderno dónde apuntó las preguntas y respuestas, pero pronto nos lo enviará.


Además, como ellos van a tener unos días de vacaciones ahora para pasar con la familia, nos recomiendan que visitemos unos blogs , en los que las familias, al igual que nosotros hacemos en el cole,nos muestran actividades que realizan con sus hijos/-as en casa.

He de decir que yo soy seguidora de alguno de ellos desde hace tiempo como BAJO EL DIENTE DE LEÓN, y confirmo lo que nos dicen nuestros compis desde Londres.


Y ya que va de familias, nosotros queremos mandarles una famosa CARTA DE UN HIJO A SUS PADRES, que ronda por nuestros correos con cierta frecuencia y que nos invita a reflexionar, pero no sólo a padres, sino a todos los adultos que estamos en contacto con esos "locos bajitos", que nos llenan de alegría nuestros días ,que aún son moldeables y que necesitan una buena referencia.


• No me des todo lo que pido,
a veces solo pido para ver hasta cuanto puedo coger.

• No me grites,
te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.

• No me des siempre órdenes,
si en vez de órdenes, a veces me pidieras las cosas, yo lo haría más rápido y con más gusto.

• Cumple las promesas, buenas o malas,
si me prometes un premio dámelo, pero también si es un castigo.

• No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mi hermana,
si me haces sentir mejor que los demás, alguien va a sufrir, y si me haces sentir peor que los
demás seré yo el que sufra.

• No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer,
decide y mantén esta decisión.

• Déjame valerme por mi mismo,
si tú lo haces todo por mí, nunca podré aprender.

• No digas mentiras delante de mí, ni me digas que lo haga por ti,
aunque sea para sacarte de un apuro; me haces sentirme mal y perder la fe en lo que me dices.•

• Cuando estás equivocado en algo, admítelo
y crecerá la opinión que yo tengo de ti, y así me enseñarás a admitir mis equivocaciones también.
• Cuando hago algo malo no me exijas que te diga el por qué lo hice,
a veces, ni yo mismo lo sé.

• Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos,
porque seamos familia no quiere decir que no podamos ser amigos también.

• No me digas que haga un cosa que tú no la haces,
yo aprendo de lo que tú haces y no dices, pero nunca haré lo que tu dices y no haces.

• Trata de comprenderme y ayudarme,
cuando te cuente un problema no me digas “no tengo tiempo para bobadas” o “eso no tiene importancia”.

• Si realmente me quieres, dímelo
aunque me sonroje, a mí me gusta oirlo.

2 comentarios:

Mercedes R. dijo...

Gracias Raquel por tu carta. Ya la hemos colgado en nuestro blog y acabamos de colgar nuestro que pasaría si...

Anónimo dijo...

Que pasada...que grandes verdades muestra esta carta, si nuestros pequeños no tienen un buen referente (aunque no sea culpa de los padres, quizá ellos no hayan tenido un buen referente) difícilmente van a reflexionar sobre su comportamiento.