Después de unas
merecidas vacaciones luneras, volvimos al cole cargados de energía. El
primer día, algun@s llegaron acompañados de regalos que les habían
traído los Reyes Magos, otr@s, aunque no los llevaron también nos lo
contaron.
Llevábamos ya un buen rato en clase, casi todos habían contado de forma individual 3 regalos que habían tenido cuando..., de repente, Alba vió una hoja encima de una silla. No teníamos ni idea de quién la había dejado, preguntamos a l@s luner@s si la habían traído y dijeron que NO, así que con ayuda de Jessica y Paula nos fijamos en quién la firmaba y... ¡¡¡¡SORPRESA!!!!
Eran los Reyes Magos, los que nos habían escrito y nos decían que nos habían traído los regalos que Luna había pedido en su carta. También nos decían que no nos preocupáramos por ella, que se había ido otra vez de vacaciones a otro país, pero que estuviéramos tranquilos, que estaba protegida por su amigo el elefante blanco. También daban las gracias a Raquel, porque habían usado su portátil para escribir la carta.
A pesar de haber carta, por allí no había ni rastro de regalos. Pablo dijo que en algún sitio tenían que estar, porque si los Reyes decían en la carta que habían usado el ordenador de Raquel, eso quería decir que habían estado en clase.
Después de un rato, Raquel pidió a Pablo que subiera la persiana y... no llegó a hacerlo, porque los nervios se apoderaron de él y del resto de luner@s cuando anunció que los regalos estaban detrás de nuestra pagoda.
Una alfombra de carreteras, comiditas para la cocinita, unos bongoes, una casita para poder decorarla y jugar en ella..., fueron los regalos que Luna pidió para l@s luner@s. Seguimos sin saber dónde está ella, todavía no nos ha dejado ninguna pista.
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